Introducción
Las condiciones actuales de la economía mexicana son favorables; ello, en razón de que sus principales fundamentos están en orden y su desempeño reciente ha sido aún positivo: PIB, inflación, finanzas públicas, balanza de pagos, entre otros.
Las condiciones actuales de la economía mexicana son favorables; ello, en razón de que sus principales fundamentos están en orden y su desempeño reciente ha sido aún positivo: PIB, inflación, finanzas públicas, balanza de pagos, entre otros. Todo ello en un ambiente externo aún desfavorable, principalmente en Europa y en menor medida América Latina, mientras que Estados Unidos se ha desacelerado en 2011-2012 y queda pendiente definir el tema del techo de la deuda pública.
Como ha ocurrido en el pasado, las expectativas económicas de México para 2013 – 2014 siguen condicionadas a la trayectoria de Estados Unidos, dado que 80% de nuestras exportaciones se dirigen a ese mercado, además de que las remesas familiares y la inversión extranjera provienen mayormente de ese país.
En entorno internacional aún es adverso. Europa sigue sumida en la recesión; la deteriorada situación fiscal y de deuda que enfrentan la mayoría de los países de la Eurozona dificultará el crecimiento de la zona para éste y el año entrante. Aunque la producción industrial de Estados Unidos aún no recupera sus niveles previos a la crisis, su economía está creciendo alrededor de 2.0% anual.
Comparado con los países de Europa, Estados Unidos y Japón, México es el único país cuya producción industrial se ubica hoy por arriba de la situación previa a la crisis reciente. Los ca
sos críticos son España, Grecia, Italia y Portugal (los PIGS, por sus siglas en inglés), cuya producción industrial se encuentra entre 25% y 30% por debajo de su valor previo a la crisis. La Eurozona (17 países) está aún 12% por debajo de 2007.

La economía mexicana habría crecido 4.0% en 2012, una tasa similar a la de 2011. Aunque las exportaciones sufrieron una significativa desaceleración (17.1% en 2011 y 6.2% en 2012), el mercado interno (consumo privado, gasto público e inversión) aún mantiene su dinamismo, apoyado en el empleo, las tasas de interés y el crédito.
Sin embargo, a pesar del buen crecimiento del PIB, la tasa de desempleo descendió sólo marginalmente, de 5.2% en 2011 a 5.0% promedio anual en 2012. En cambio, visto por los asegurados en el IMSS (una vista alternativa del empleo), éste reportó en 2012 un avance de 4.6%, su mejor desempeño desde el año 2000.

Tras las presiones inflacionarias del 3Q 12 (4.77% anual en Sep.12), sorpresivamente la inflación cerró el año en 3.57%, la tasa más baja desde 2005 y favorecida por reducciones significativas en algunos precios agrícolas, telefonía, trámites vehiculares, entre otros. A pesar de esto, creemos que Banxico no debiera reducir la tasa de referencia, que hoy se mantiene en 4.50%. Las tasas de interés se mantienen estables –4.05% promedio en Dic 12 para los cetes 28 días-, mientras que el tipo de cambio se está moviendo por debajo de los 13 pesos, habiendo descendido en respuesta a la creciente entrada de divisas y a los máximos niveles en las reservas internacionales.

El crédito de la banca múltiple habría crecido 13.4% promedio anual en 2012, ligeramente superior al 12.9% de 2011. Sin embargo, el comportamiento sigue siendo diferenciado: 9.4% anual el hipotecario, 11.4% el comercial (empresas, gobierno y entidades financieras), y 22.7% anual el de consumo (tarjetas de crédito, personales y nómina). El crédito empresarial representa hoy 10.4% del PIB; si bien se observa una recuperación año con año, presenta aún un rezago significativo con relación al 27.0% del PIB reportado en 1994.
Por su parte, la cartera vencida se mantuvo estable, alrededor de 2.4% en este año, uno de sus proporciones más bajas en varias décadas. La cartera vencida comercial promedió 1.6%, la hipotecaria 3.2% y la de consumo 4.2%. Hoy, la cartera vencida no representa un problema mayor para la economía ni para el sistema financiero.

Finalmente, las finanzas públicas, la deuda y las cuentas externas se mantienen en orden y no representan presiones sobre la economía.
Cada mes, el Banco de México realiza una encuesta a los analistas del sector privado en torno a sus previsiones económicas. Mientras Europa, Estados Unidos y América Latina revisan a la baja sus expectativas de crecimiento económico para 2013, en México las expectativas del PIB se han mantenido estables mes con mes.
En efecto, en la última encuesta de Banxico, el sector privado estima que México crecería 3.45% en este año. De ser así, veríamos una moderación con relación al año pasado, pero estaría ligando cuatro años con tasas medianamente elevadas (arriba de 3.0%), que se compara positivamente contra su promedio de largo plazo, así como contra lo que se prevé para otros países.

Aunque la encuesta no contempla las expectativas de la tasa de desempleo, los analistas pronostican el incremento en el número de asegurados en el IMSS, un proxy sobre la generación de empleos. Después que en 2012 se generaron casi 712 mil empleos formales (vía el IMSS), en este año se prevé que se generarían 604 mil nuevos empleos.
Está visto que, en la medida que la economía mexicana crezca alrededor de 4% anual, el país puede generar cerca de 700 mil nuevos empleos vía el IMSS. Sin embargo, se requiere que el crecimiento sea más elevado y de manera permanente (alrededor de 6%) para que se generen los 1.2 millones de empleos anuales que demanda el mercado laboral.

Después de la baja de la inflación del último trimestre de 2012 (reflejó el fin del impacto del alza en los precios del huevo de los meses previos), los analistas mejoran levemente sus previsiones inflacionarias para este año, a 3.69%, lo que la ubicaría dentro del rango establecido por Banxico para el mediano plazo: entre 2% y 4%. Con los datos de la primera quincena de enero (3.21% anual), la encuesta de enero seguramente debe reflejar una baja en la estimación de inflación para este año.

Para el mediano y largo plazos las expectativas de inflación son estables: y tendiendo hacia 3.5% para un horizonte de cuatro y ocho años. Ello demuestra el carácter estructural de la estabilidad de precios que ha experimentado México desde 1999, y que podría ser la tónica para los próximos años. Hoy, la estabilidad de precios es uno de los grandes activos de la economía mexicana y el mercado cree que la actual administración lo mantendrá como una de sus metas importantes.

Mientras que los Cetes a 28 días promediaron 4.05% en Dic. 12, los analistas del sector privado piensan que éstos cerrarán este año en 4.53%, que de ser así, se ubicarían ligeramente arriba del 4.50% de la tasa de referencia o de política monetaria. Debe señalarse que, tradicionalmente, los cetes a 28 días se han ubicado por debajo del de referencia. Asimismo, se prevé que el tipo de cambio cierre este año en MXP/USD 12.69, lo que significa que el mercado está una leve apreciación del Peso (cerró 2012 en 12.97 pesos).


Los analistas piensan que el déficit fiscal para 2013 será de 2.2 del PIB, lo que significaría una mejoría respecto al 2.5% estimado del año pasado. Se trata de un desequilibrios moderado que no ponen en riesgo a las finanzas públicas ni a la economía mexicana; más aún, cuando se sabe que otros países como Estados Unidos, Japón y Europa enfrentan grandes presiones derivadas de sus abultados déficit fiscales, que los ponen al borde de la recesión. El caso de Estados Unidos es particularmente delicado por el fiscal Cliff que parcialmente han sorteado a principios de año, pero donde que aún está pendiente un acuerdo entre Demócratas y Republicanos en torno al techo de endeudamiento, similar a lo acontecido en 2011.
Las estimaciones de los analistas sobre la balanza comercial y la cuenta corriente han sufrido cambios importantes en el último año. En enero de 2012 se creía que el déficit comercial para este 2013 sería de USD 11,069 millones; hoy se estima que sería de sólo USD 6,551 millones, evidenciándose las dificultades que representa pronosticar la dinámica de las exportaciones e importaciones, mismas que responden a factores como el tipo de cambio, el PIB de México, el PIB de Estados Unidos, entre otras variables. El viernes 25 de enero, el INEGI dio a conocer que la balanza comercial de 2012 fue superavitaria en USD 163 millones, condición que no se veía desde los tres superávits consecutivos de 1995-1997. En la encuesta de enero (Banxico lo dará a conocer el 1° de febrero), seguro veremos una corrección a la baja del déficit estimado para este año.

El desequilibrio externo de un país se mide a través de la cuenta corriente de la balanza de pagos. El mercado espera un déficit de USD 12,095 millones para 2013, que de concretarse equivaldría a aproximadamente 0.8% del PIB. Este nivel es moderado y tampoco pone en riesgo a la economía, además de que hoy no genera presiones sobre el tipo de cambio. El último gran desequilibrio externo que experimentó México fue en 1994 (USD 30,000 millones y 5.8% del PIB), mismo que fue corregido a través de una devaluación del Pesos mexicano y de los efectos de la recesión económica. En el sexenio de Felipe Calderón, este déficit fue de 0.8% promedio anual, sin que se anticipen deterioros significativos en su tendencia futura.

Con la venta de la cervecera Modelo mejoraron las expectativas de entrada de inversión extranjera directa (IED), a casi USD 26,000 millones para este año, que de concretarse sería el mayor monto desde 2008. Los montos de IED hacia México son relativamente pequeños, ya que equivalen a menos de 2% del PIB, inferior a la que ingresa a otros países de desarrollo similar. Se requiere que la IED al menos duplique esta proporción para que en efecto se convierta en un factor dinamizador del crecimiento económico.

En resumen, un balance de los resultados de la encuesta de diciembre de Banxico al sector privado señala que los analistas mejoran levemente sus expectativas económicas para este año 2013, lo cual es positivo, en medio de un ambiente adverso de la economía mundial, donde el FMI revisa a la baja el crecimiento de la mayoría de los países.
Más de 50% de los encuestados por Banxico señalan tres políticas como las importantes para propiciar la inversión nacional y extranjera: reforma energética, reforma fiscal y una mejoría en la seguridad pública, en ese orden. La lectura es que, en la medida que estas tres reformas se materialicen en esta nueva administración, la inversión ganará peso en la economía y se podrá garantizar un crecimiento suficiente para absorber las necesidades del mercado laboral (1.2 millones de empleos al año).
México invierte hoy sólo 21% del PIB (cerca de USD 240,000 millones al año), cuando la meta debe ser elevarlo a 28% del PIB (China e India invierten 44% y 30% del PIB, respectivamente). Sólo si la inversión crece por arriba de 10% anual, México podrá aspirar a crecer entre 5% y 6%. Carlos Slim, presidente de Grupo Carso, señaló recientemente que México debe invertir USD 350,000 millones cada año, cifra que es consistente con nuestra propuesta del 28% del PIB (USD 330,000 millones).
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) puntualizó que si se aprobaran las reformas estructurales pendientes, el sector privado podría invertir USD 50,000 millones adicionales, lo que llevaría el actual nivel a USD 290,000 millones al año (25% del PIB). Debe señalarse que en 1981 México invertía el equivalente a 26.4% del PIB y la economía crecía por arriba del 6% al año.
Asimismo, los analistas identifican a la debilidad de la demanda externa y la incertidumbre sobre la situación financiera internacional como los principales factores que limitarían el crecimiento de México para los próximos meses. La primera se atribuye a que Estados Unidos crecería alrededor de 2.0% en 2013 y Europa se mantendría estancada. La coyuntura no favorece mucho a México, ya que Estados Unidos tiene pendiente resolver el fiscal Cliff citado (en su versión final), además de que la transición sexenal puede retrasar las decisiones de inversión, mientras el nuevo gobierno define las principales líneas de su programa económico y define su Plan Nacional de Desarrollo. Este último define los proyectos de largo plazo. Es por ello que, en este año México crecería solamente 3.2%.
La situación financiera internacional es adversa: España, Grecia, Italia y otros países de la eurozona enfrentan grandes dificultades y sus efectos pueden contagiar a los mercados financieros internos. La troika (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Unión Europea) sigue presionando para que Europa opte por medidas de austeridad tendientes a reducir la brecha fiscal y la deuda pública, lo que sigue generando cierto “ruido” sobre los mercados financieros, ya que ello significará un retraso en su recuperación económica.


Los resultados económicos de 2012 fueron en general positivos: la economía habría crecido 4.0%, la inflación cerró en 3.57%, los mercados se mantuvieron estables, las reservas internacionales cerraron en máximos históricos, se vio una fuerte desaceleración del comercio exterior, mientras que prevaleció cierta solidez del mercado interno.
Lo que importa hoy es pensar en lo que viene para 2013-2014, para lo cual las primeras señales las envió la nueva administración vía los Criterios Generales de Política Económica, dados a conocer en diciembre, además del Pacto por México. Este año se dará a conocer el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, además del Programa Nacional de Vivienda, el Programa Nacional de Infraestructura, como documentos fundamentales que marcarán las ideas económicas del nuevo gobierno.
Excepto algunas variables, nuestras estimaciones para 2012 y 2013 son esencialmente similares a las del mercado. Donde diferimos del mercado es que para 2012 estimábamos un superávit comercial por USD 220 millones (el resultado final fue USD 160 millones), frente al déficit de USD 2,325 millones que estimaban los analistas encuestados por Banxico. Situación similar se presenta para la cuenta corriente. La razón fundamental es el superávit comercial reportado.
Donde también diferimos de otras estimaciones (Bancos, Consultoras y Analistas) es sobre el crecimiento económico de 2014 en adelante. Somos más optimistas, ya que el PIB podría crecer 4.1% en 2014, 5.4% en 2015 y hasta 6.3% en 2016, ello en respuesta a una mayor impulso esperado a la inversión y a los efectos que ya se verían por la reforma laboral y los cambios en el mercado energético y la política fiscal. Adicionalmente, suponemos que Estados Unidos ingresaría a una etapa de mayor expansión y crecería hasta 3.8% hacia el año 2016, que es cuando la FED ya estaría elevando su tasa de interés (hoy se ubica en 0.16%). En estas condiciones, sólo hasta el año 2016 el desempleo en México descendería a su nivel previo a la crisis de 2009. Por su parte, para sustentar un mejor dinamismo económico, el crédito será una variable con mejor desempeño en los siguientes años.
El mayor riesgo que enfrenta México es que Estados Unidos no resuelva adecuadamente el tema de su fiscal Cliff (en enero sólo se resolvió parcialmente y su solución final se pospuso por unos meses), en cuyo caso sería inevitable un menor crecimiento, con el consecuente impacto inmediato sobre nuestras exportaciones y la actividad económica general. México requiere que Estados Unidos crezca por arriba del 3.0% anual.
Los supuestos más importantes que están detrás de nuestras estimaciones son las siguientes:
1) El Congreso de Estados Unidos logra resolver el fiscal cliff (“abismo fiscal”). Si Republicanos y Demócratas no llegan a un acuerdo final, el fiscal Cliff significaría -en su versión original- una reducción del gasto público y alzas en impuestos a familias y empresas, por un equivalente a alrededor de USD 600,000 millones (4% del PIB de Estados Unidos). El 2 de enero ya hubo un acuerdo parcial para incrementar impuestos, pero la reducción de gastos queda aún pendiente y es la parte más importante.
2) La economía norteamericana crece 1.9% y 2.5% en 2013 y 2014, respectivamente, manteniéndose la inflación bajo control.
3) La FED deja sin cambios su actual tasa de interés de referencia: 0%-0.25%. En septiembre pasado, la FED anunció que mantendría su tasa de referencia en ese nivel hasta mediados de 2015, a fin de apoyar el crecimiento económico y la recuperación del empleo.
4) Internamente, junto con la reforma laboral, se aprueban en este año la reforma fiscal y energética, en cuyo cao sus efectos se empezarán a sentir hacia el año 2014 en adelante.
5) El Gobierno de México renovó su cobertura por los precios del petróleo (entre 80 y 85 dólares por barril para 2013), de manera que se garantiza el ingreso por exportaciones petroleras, ante el riesgo de una caída en los mercados internacionales.




