En junio, los precios al consumidor aumentaron 0.46%. La cifra reportada por el INEGI es bastante desfavorable, dado que se trata del mayor incremento de precios observado para un mes de junio en una década, desde 2002. Este repunte de precios mensual se atribuye principalmente al incremento de los productos que conforman el segmento subyacente, cuyos precios suelen reportar elevados grados de volatilidad.
En efecto, en junio, estos precios, que conforman 23.3% de la canasta del INPC, aumentaron 7.26% anual, destacando el repunte de los precios de las frutas y verduras (12.75% anual). A su vez, dentro este segmento, hay productos cuyos precios se han incrementado de manera significativa, como son los casos del tomate verde, frijol, pepino y jitomate, con alzas de 56%, 55%, 41% y 37% anual, respectivamente.
De los 283 productos genéricos que conforman el INPC, 256 de ellos reportaron alzas en sus precios en junio (en términos anuales), tres no reportaron cambios (larga distancia nacional, larga distancia internacional y metro), mientras que los restantes 23 productos reportaron disminuciones. Las caídas anuales más importantes se reportaron en trámites vehiculares (-68%), lo que está asociado a la eliminación de las tenencias en varios Estados de la República; aguacate (-34%) y papa (-20%).
A pesar de ello, la inflación está bajo control
A pesar del repunte de la inflación de junio (0.46%), la inflación no es hoy en día la mayor preocupación de la economía, ya que desde 2001 México ha reportado un promedio inflacionario de 4.5% anual, con un máximo de 6.53% en 2008 y un mínimo de 3.33% en 2005 (cifras al cierre de año). En consecuencia, la inflación está bajo control, donde han sido fundamentales la política monetaria de Banxico, así como la perseverancia de la política económica para mantener cierto equilibrio en las finanzas públicas y un orden general de la economía.
A pesar de lo errático de los precios subyacentes, quien marca la dirección de la inflación general es el componente subyacente, que pesa 76.7% del INPC, y ha mostrado en junio un incremento de 3.50% anual. Su trayectoria es estable y refleja en cierta forma la inflación estructural de la economía. Desde 2001, su nivel de volatilidad medido a través de su tasa mensual ha sido significativamente menor que la del no subyacente (casi una décima parte).


